jueves, 9 de enero de 2014

LIBERTAD.

Ya se encontraba consigo mismo y nadie más en aquella gran habitación. Se encontraba raro. Le acababa de decir a la mujer de su vida lo que nunca se esperaba que saliera de su boca:
-Seguiré siendo libre, porque ya lo fui contigo, y en eso, nada cambia. Te echaré de menos, sentiré pena y coraje, lloraré. Lo lamentaré toda mi vida y tu sabrás que siempre estarás en mi mente. Pero ahora sigo siendo libre, sigo queriendo quererte, sigo queriendo desearte, porque nunca fuiste mía, porque tú, también fuiste libre, y tú, no eres de nadie más que de ti misma. Ahora no te ahogaré con chantajes camuflados en victimismos ni penas rastreras. Ahora, sigue siendo libre, sigue actuando con la libertad que te dio tu madre al parirte y que algunos intentan quitarte con sucias ideologías que no son del pasado (si quiera), que son atemporales, porque siempre que haya libertad, habrá odio hacia ella. Yo no odiaré tu libertad, porque es tuya, y te sigo queriendo.
Bañista sentada en la orilla del mar, Pablo Picasso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario